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domingo, 9 de noviembre de 2014

JORDI SAVALL DEFIENDE LA CULTURA

Jordi Savall rechaza el galardón del Ministerio


El músico Jordi Savall ha renunciado al Premio Nacional de Música por estimar que procede de un gobierno responsable del "desinterés y la incompetencia" en la defensa del arte, que mantiene en el olvido el patrimonio musical hispánico y que "menosprecia" a los músicos que se dedican a mantenerlo vivo.





En un comunicado, Savall agradece el reconocimiento que supone la concesión del Premio, pero señala que renuncia al mismo "con profunda tristeza" y "esperando que este sacrificio sea comprendido como un acto revulsivo en defensa de la dignidad de los artistas y pueda, quizás, servir de reflexión para imaginar y construir un futuro más esperanzador para nuestros jóvenes".

El Ministerio de Cultura anunció el pasado 29 de octubre la concesión del Premio Nacional de Música 2014, en la modalidad de Interpretación, a Jordi Savall, violagambista, director y musicólogo experto en música antigua, por su "infatigable labor en la recuperación y difusión del patrimonio musical español", un galardón dotado con 30.000 euros.





Savall señala en su comunicado que "agradece profundamente" al jurado del Premio Nacional y al Ministerio de Cultura su reconocimiento a "más de cuarenta años dedicados a la recuperación y difusión de la música como fuerza y lenguaje de civilización y de convivencia".

Pese a ello, Savall anuncia que no acepta esta distinción para "no traicionar sus principios y convicciones más profundas", al ser un premio que "procede de la principal institución del Estado español responsable del dramático desinterés y de la grave incompetencia en la defensa y promoción del arte y de sus creadores".

En este sentido, añade que "considera insuficientes los esfuerzos y las inversiones que desde el Gobierno del Estado se dedican al mundo de las Artes y la Cultura en general y, en particular, por mantener en el olvido una parte esencial de nuestra Cultura: el patrimonio musical hispánico milenario".





Además, Savall dice deplorar "la política de menosprecio del Gobierno español hacia la inmensa mayoría de músicos que, con grandes sacrificios, dedican sus vidas a mantenerlo vivo, ya que sin ellos todas las músicas medievales, renacentista y barrocas no existirían".

"La ignorancia y la amnesia son el fin de toda civilización, ya que sin educación no hay arte y sin memoria no hay justicia", afirma el musicólogo catalán.

"No podemos permitir que la ignorancia y la falta de conciencia del valor de la cultura de los responsables de las más altas instancias del Gobierno de España erosionen impunemente el arduo trabajo de tantos músicos, actores, bailarines, cineastas, escritores y artistas plásticos".

A su juicio, son estos profesionales los que "detentan el verdadero estandarte de la Cultura y no merecen, sin duda alguna, el trato que padecen, pues son los verdaderos protagonistas de la identidad cultural de este país".

"Por todo ello, y con profunda tristeza, reitero mi renuncia al Premio Nacional de Música", explica Savall, quien cree, "como decía Dostoyevski, que la Belleza salvará al mudo, pero para ello es necesario poder vivir con dignidad y darle el valor que se merece a la Educación y a la Cultura", concluye en su comunicado.

El rechazo de Jordi Savall (Igualada, Barcelona, 1941) del Premio Nacional de Música, que le fue concedido ayer en su categoría de Interpretación, es el quinto se produce en los últimos años entre galardonados de diferentes categorías.





En una carta, Savall acusa "al Estado español" del "dramático desinterés y de la grave incompetencia en la defensa y promoción del arte y de sus creadores" y de "menospreciar a la inmensa mayoría de músicos que con grandes sacrificios dedican sus vidas a mantener vivo el patrimonio musical hispánico milenario".

El escritor Javier Marías, que había sido galardonado con el Premio Nacional de Narrativa 2012, concedido por su obra "Los enamoramientos", lo rechazó por ser "un galardón institucional, oficial y estatal, otorgado por el Ministerio de Cultura".

En noviembre de 2010 el escultor Santiago Sierra rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas.

Sierra, en una carta dirigida a la entonces ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, afirmó que el arte le había otorgado una libertad a la que no estaba dispuesto a renunciar y precisó que este premio instrumentalizaba en beneficio del Estado el prestigio del galardonado.

En 2001 el diseñador gráfico madrileño Daniel Gil rechazó la distinción extraordinaria que se le otorgaba con motivo del décimo aniversario de los Premios Nacionales de Diseño, convocado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

En 1994 la compañía teatral Els Joglars, dirigida por Albert Boadella, rechazó el Premio Nacional de Teatro

Boadella explicó que el grupo teatral se sentía pagado suficientemente con el entusiasmo del público que siempre habían tenido en los momentos más complicados para Els Joglars, cuando nadie se atrevía a concederles un premio oficial.

En otros casos, algunos artistas españoles han rechazado ser distinguidos con alguna condecoración; como ocurrió con el escritor Álvaro Pombo, que en 2003 rechazó la Medalla de Plata de Santander, concedida por el ayuntamiento cántabro, o el también escritor Juan Goytisolo, que rechazó la Legión de Honor de Francia




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